Arqueles
Vela Salvatierra fue uno de los máximos exponentes del estridentismo en América
Latina, e incluso en el mundo entero. La facilidad con la que experimentaba con
el eclecticismo de esta vanguardia hacía que sus textos se conformaran como
obras originales, únicas y de gran calidad estética. Fue uno de los grandes y
se codeó con autores de la talla de Miguel Ángel Asturias y Manuel Maples Arce.
Fue un escritor, ensayista, educador y pedagogo prolífico que apostó por la
educación como una vía necesaria para el crecimiento intelectual de México y
Centroamérica. De alguna forma, compitió reputación intelectual con su hermano,
David Vela, quien fue una personalidad reconocida en Guatemala, por tanto,
Arqueles pareció haber preferido México como lugar de residencia para evitar
roces.[1]
Muchos
de los cronistas e historiadores de la literatura centroamericana sitúan
Tapachula, Chiapas, como lugar de nacimiento de este prosista. Estudió desde
pequeño en Guatemala y se dedicó en su temprana juventud a los estudios
humanísticos. A los 21 años se dio a conocer como periodista y escritor gracias
al apoyo de algunos medios de comunicación impresos de la época. Posteriormente
se integró a El Universal Ilustrado; allí alcanzó el puesto de secretario de
redacción en 1921. En un momento, el escritor viajó a Madrid, Roma, París y
Berlín a tomar cursos de posgrado en algunas universidades de Europa. Regresó a
México a los 33 años.[2]
Trabajó
como educador, director de escuela, pedagogo y periodista. Tomó como pseudónimo
el nombre de Silvestre Paradox. Arqueles Vela también fue el principal fundador
y promotor de las escuelas nocturnas para trabajadores, e igualmente colaboró
con el programa de cursos radiofónicos de la Secretaría de Educación Pública[3]
como locutor y también como productor de los contenidos que se compartían por
esa vía. Asimismo, formó parte del grupo estridentista, característica
importante de su trabajo literario y periodístico, por la cual fue reconocido.
De hecho, fue uno de los mayores exponentes y principales figuras de este. Fue
miembro de la Sociedad Internacional de Críticos de Arte y recibió en 1949 el
reconocimiento de las Palmas Académicas por parte del gobierno francés.
Falleció en la Ciudad de México en 1977 a los 78 años de edad.
Estridentismo
El
estridentismo fue una de las vanguardias de principios del siglo XX. Fue
fundada en México el 31 de diciembre de 1921 por Manuel Maples Arce, quien
escribió el primer manifiesto estridentista. El movimiento proponía una
relación interdisciplinaria de las artes combinando el cubismo, el futurismo y
el dadaísmo. Fue un movimiento ecléctico que desarrolló una dimensión social,
cultural y actual. El mismo movimiento publicó varias revistas de temática
estridentista, como Ser, Irradiador,
Horizonte y Semáforo, además del periódico El Gladiador.[4]
Entre
los colegas de Manuel Maples Arce que se unieron al movimiento y que lograron
ser grandes exponentes del mismo se encontraban Salvador Gallardo, Leopoldo
Méndez, Arqueles Vela, Germán Cueto, Ramón Alva de la Canal y Germán List
Arzubide. El grupo estridentista se reunía en el afamado Café de nadie, donde se sentaban a discutir temas intelectuales y
del arte.[5]
Cabe destacar que el movimiento no se redujo únicamente a la literatura, pues
se manifestó en la fotografía, el periodismo, la música y las artes visuales.
Algunos otros personajes estridentistas reconocidos son Tina Modotti, Luis
Quintanilla, Diego Rivera, Ángel Salas, Emilio Amero, Armando Zegrí, Jean
Charlot y Edward Weston.
En
Guatemala el movimiento estridentista logró una publicación importante: la
revista Etcétera. En esta se contó
con la participación de David Vela, el hermano de Arqueles Vela, y también de
Miguel Ángel Asturias.
Arqueles Vela Salvatierra
Arqueles
Vela fue un escritor prolífico. Por su experiencia laboral no se dedicó
únicamente a la literatura, sino que aportó en concepto de ensayos, propuestas
pedagógicas y textos historiográficos. Es más reconocido por obras como La señorita etcétera, El café de nadie,
Cuentos del día y de la noche y Un crimen provisional. A continuación se
presentan algunas de sus obras más destacadas[6]
cronológicamente. Incluye ensayos, cuentos y novelas.
Primer
poemario: El sendero gris y otros poemas (1921)
La
señorita etcétera (1922)
El
café de nadie[7]
(1926)
Un
crimen provisional (1926)
El
intransferible (1927)
El viaje redondo (1929)
Cantata
a las muchachas fuertes y alegres de México (1940)
Evolución
histórica de la literatura universal (1941)
Cuentos
del día y de la noche (1945)
Teoría
literaria del modernismo (1949)
Elementos
del lenguaje y didáctica de la expresión (1953)
La
volanda (1956)
El
picaflor (1961)
Análisis
de la expresión literaria (1965)
Luzbela
(1966)
La obra: El café de nadie
Aída
Toledo afirma que El café de nadie
toma su nombre del sitio de reunión de los estridentistas. Aquí, Vela muestra a
través de un personaje femenino, Mabelina, su idea de desdoblamiento, de
desintegración de la personalidad que se adapta muy bien a la superposición de
planos del cubismo.[8]
Asimismo, cuando se lee el texto se comprende esa ansiedad y desolación
características de “lo actual” de la modernidad.
La
novela es sencilla: existe un café, que seguramente es un bar, y se llama “El
café de nadie”. Pocos parroquianos llegan al lugar, pero particularmente hay
dos que se sientan siempre en el mismo gabinete a hacer nada. Nada piden, nada
toman, nada desean más que estar y ser. Mabelina, la protagonista[9],
conoce este lugar. Ella es una mujer atractiva, seductora, que tiene muchos
amantes. No se entiende concretamente si es una prostituta o es únicamente una
mujer afectada por la modernidad que busca amantes y los tiene sin culpa.
Pues
Mabelina está enamorada de un hombre cuyo nombre jamás sabremos. Este hombre es
un intelectual, un escritor quizás, que se ha envuelto en ella, sin enamorarse.
Le gustan sus piernas, sus labios y su cuerpo. Se atreve a tocarla en público
en medio del café. Y ella tiene ese dilema existencial: él pareciera ser El
Hombre; pero para él ella es nomás una mujer.
La
historia transcurre cadenciosa, superponiendo planos diferentes de diferentes
momentos. Como escenas de una película que se cortan capítulo a capítulo para
darnos a entender qué es lo que sucede mientras Mabelina, o los parroquianos, o
los meseros se ausentan de la escena principal, que resulta ser la que estamos
leyendo.
Hay
algo particular en la escena (o capítulo) 10. Aquí Arqueles Vela nos dice
explícitamente: Este café no es el café
de nadie: es el café estridentista. El capítulo 10 inicia con una lista:
“Germán List Arzubide, Marco-Aurelio Galindo, Carlos Noriega Hope, Fernando
Bolaños Cacho, Oscar Leblanc, Ortega, Fernando Sosa, Otilio Gutiérrez Muñoz,
Ernesto García Cabral, Júblio, José Moreno Ruffo…” (29) Al hacer una breve
investigación sobre estos nombres, se cae en cuenta que la mayoría de los
listados formaron parte del movimiento estridentista. Por lo tanto, quizás la
misma Mabelina lo sea.
Quizás
Mabelina es el estridentismo en sí mismo, esa mujer seductora, que quiere con
todos, pero que nadie quiere con ella. De esta forma Arqueles Vela entrega una
corta novela que conmueve el sentimiento de desolación tras la pérdida del
único amor que es necesitado: el que no se recibe.
Vela
también trabaja con personajes aleatorios para dar más profundidad a la
historia. Están los dos parroquianos que entran siempre al mismo tiempo hacia
el mismo gabinete. También los meseros, que no saben si son o no los dueños del
café. Está la calle, la referencia a la música, al vals. Esa forma romántica de
referirse a Mabelina como: “Parece que presientes los huecos del vals, las
evasivas del fox, las languidescencias de los blues (…) En el charleston juegas
a la comba de la música”. (19)
La
historia finaliza con una reivindicación, con una forma de liberación. Mabelina
sale por la puerta principal del Café de nadie, con la esperanza de algo nuevo
(¿Quizás la literatura renovada?): “Mabelina se queda un momento indecisa.
Después, rectificándose, empuja la puerta del Café hacia el alba que va
levantando el panorama de la ciudad”. (34)
Esta
obra es una singular joya de las vanguardias en Latinoamérica. En ella,
Arqueles Vela transmite todo el sentir de la modernidad, de esa rapidez con que
comenzaban a caminar las cosas. Hay taxis, hay cafés, hay mujeres que tienen
muchos hombres y aman al que no las quiere. En fin, este texto es una aventura
para conocer una manifestación pura de la vanguardia literaria en América Latina.
Referencias bibliográficas
Diccionario
de escritores en México. http://www.arts-history.mx/literat/li.htm
El
estridentismo: http://espacioliterario.obolog.com/estridentismo-223471
Mojarro Romero, Jorge. "Arqueles Vela, el estridentismo y las
estrategias de la vanguardia." Hipertexto
2009: 74 - 81.
Página
de literatura guatemalteca: www.literaturaguatemalteca.org/avela.htm
[1]
Mojarro Romero, Jorge.
"Arqueles Vela, el estridentismo y las estrategias de la vanguardia." Hipertexto 2009: 74 - 81.
[5] Vela, Arqueles. “El café de
nadie, La señorita etcétera, etcétera”. Guatemala: Tipografía Nacional, 2008.
[6] Esta lista se
encuentra en el Diccionario de escritores en México. http://www.arts-history.mx/literat/li.htm
[7]
Vela, Arqueles. “El café de
nadie, La señorita etcétera, etcétera”. Guatemala: Tipografía Nacional, 2008.
Todas las citas provenientes de esta edición se señalarán únicamente con el
número de página entre paréntesis.
[8] Vela, Arqueles. “El café de
nadie, La señorita etcétera, etcétera”. Guatemala: Tipografía Nacional, 2008.
Contraportada.
[9] O al menos a mi parecer es la
protagonista humana, junto con el café, que es el protagonista contextual.