lunes, 12 de enero de 2015

El café de nadie, de Arqueles Vela

Arqueles Vela Salvatierra fue uno de los máximos exponentes del estridentismo en América Latina, e incluso en el mundo entero. La facilidad con la que experimentaba con el eclecticismo de esta vanguardia hacía que sus textos se conformaran como obras originales, únicas y de gran calidad estética. Fue uno de los grandes y se codeó con autores de la talla de Miguel Ángel Asturias y Manuel Maples Arce. Fue un escritor, ensayista, educador y pedagogo prolífico que apostó por la educación como una vía necesaria para el crecimiento intelectual de México y Centroamérica. De alguna forma, compitió reputación intelectual con su hermano, David Vela, quien fue una personalidad reconocida en Guatemala, por tanto, Arqueles pareció haber preferido México como lugar de residencia para evitar roces.[1]

Muchos de los cronistas e historiadores de la literatura centroamericana sitúan Tapachula, Chiapas, como lugar de nacimiento de este prosista. Estudió desde pequeño en Guatemala y se dedicó en su temprana juventud a los estudios humanísticos. A los 21 años se dio a conocer como periodista y escritor gracias al apoyo de algunos medios de comunicación impresos de la época. Posteriormente se integró a El Universal Ilustrado; allí alcanzó el puesto de secretario de redacción en 1921. En un momento, el escritor viajó a Madrid, Roma, París y Berlín a tomar cursos de posgrado en algunas universidades de Europa. Regresó a México a los 33 años.[2]

Trabajó como educador, director de escuela, pedagogo y periodista. Tomó como pseudónimo el nombre de Silvestre Paradox. Arqueles Vela también fue el principal fundador y promotor de las escuelas nocturnas para trabajadores, e igualmente colaboró con el programa de cursos radiofónicos de la Secretaría de Educación Pública[3] como locutor y también como productor de los contenidos que se compartían por esa vía. Asimismo, formó parte del grupo estridentista, característica importante de su trabajo literario y periodístico, por la cual fue reconocido. De hecho, fue uno de los mayores exponentes y principales figuras de este. Fue miembro de la Sociedad Internacional de Críticos de Arte y recibió en 1949 el reconocimiento de las Palmas Académicas por parte del gobierno francés. Falleció en la Ciudad de México en 1977 a los 78 años de edad.

Estridentismo
El estridentismo fue una de las vanguardias de principios del siglo XX. Fue fundada en México el 31 de diciembre de 1921 por Manuel Maples Arce, quien escribió el primer manifiesto estridentista. El movimiento proponía una relación interdisciplinaria de las artes combinando el cubismo, el futurismo y el dadaísmo. Fue un movimiento ecléctico que desarrolló una dimensión social, cultural y actual. El mismo movimiento publicó varias revistas de temática estridentista, como Ser, Irradiador, Horizonte y Semáforo, además del periódico El Gladiador.[4]

Entre los colegas de Manuel Maples Arce que se unieron al movimiento y que lograron ser grandes exponentes del mismo se encontraban Salvador Gallardo, Leopoldo Méndez, Arqueles Vela, Germán Cueto, Ramón Alva de la Canal y Germán List Arzubide. El grupo estridentista se reunía en el afamado Café de nadie, donde se sentaban a discutir temas intelectuales y del arte.[5] Cabe destacar que el movimiento no se redujo únicamente a la literatura, pues se manifestó en la fotografía, el periodismo, la música y las artes visuales. Algunos otros personajes estridentistas reconocidos son Tina Modotti, Luis Quintanilla, Diego Rivera, Ángel Salas, Emilio Amero, Armando Zegrí, Jean Charlot y Edward Weston.

En Guatemala el movimiento estridentista logró una publicación importante: la revista Etcétera. En esta se contó con la participación de David Vela, el hermano de Arqueles Vela, y también de Miguel Ángel Asturias.

Arqueles Vela Salvatierra
Arqueles Vela fue un escritor prolífico. Por su experiencia laboral no se dedicó únicamente a la literatura, sino que aportó en concepto de ensayos, propuestas pedagógicas y textos historiográficos. Es más reconocido por obras como La señorita etcétera, El café de nadie, Cuentos del día y de la noche y Un crimen provisional. A continuación se presentan algunas de sus obras más destacadas[6] cronológicamente. Incluye ensayos, cuentos y novelas.

Primer poemario: El sendero gris y otros poemas (1921)
La señorita etcétera (1922)
El café de nadie[7] (1926)
Un crimen provisional (1926)
El intransferible (1927)
El viaje redondo (1929)                               
Cantata a las muchachas fuertes y alegres de México (1940)
Evolución histórica de la literatura universal (1941)
Cuentos del día y de la noche (1945)
Teoría literaria del modernismo (1949)
Elementos del lenguaje y didáctica de la expresión (1953)
La volanda (1956)
El picaflor (1961)
Análisis de la expresión literaria (1965)
Luzbela (1966)

La obra: El café de nadie

Aída Toledo afirma que El café de nadie toma su nombre del sitio de reunión de los estridentistas. Aquí, Vela muestra a través de un personaje femenino, Mabelina, su idea de desdoblamiento, de desintegración de la personalidad que se adapta muy bien a la superposición de planos del cubismo.[8] Asimismo, cuando se lee el texto se comprende esa ansiedad y desolación características de “lo actual” de la modernidad.

La novela es sencilla: existe un café, que seguramente es un bar, y se llama “El café de nadie”. Pocos parroquianos llegan al lugar, pero particularmente hay dos que se sientan siempre en el mismo gabinete a hacer nada. Nada piden, nada toman, nada desean más que estar y ser. Mabelina, la protagonista[9], conoce este lugar. Ella es una mujer atractiva, seductora, que tiene muchos amantes. No se entiende concretamente si es una prostituta o es únicamente una mujer afectada por la modernidad que busca amantes y los tiene sin culpa.

Pues Mabelina está enamorada de un hombre cuyo nombre jamás sabremos. Este hombre es un intelectual, un escritor quizás, que se ha envuelto en ella, sin enamorarse. Le gustan sus piernas, sus labios y su cuerpo. Se atreve a tocarla en público en medio del café. Y ella tiene ese dilema existencial: él pareciera ser El Hombre; pero para él ella es nomás una mujer.

La historia transcurre cadenciosa, superponiendo planos diferentes de diferentes momentos. Como escenas de una película que se cortan capítulo a capítulo para darnos a entender qué es lo que sucede mientras Mabelina, o los parroquianos, o los meseros se ausentan de la escena principal, que resulta ser la que estamos leyendo.

Hay algo particular en la escena (o capítulo) 10. Aquí Arqueles Vela nos dice explícitamente: Este café no es el café de nadie: es el café estridentista. El capítulo 10 inicia con una lista: “Germán List Arzubide, Marco-Aurelio Galindo, Carlos Noriega Hope, Fernando Bolaños Cacho, Oscar Leblanc, Ortega, Fernando Sosa, Otilio Gutiérrez Muñoz, Ernesto García Cabral, Júblio, José Moreno Ruffo…” (29) Al hacer una breve investigación sobre estos nombres, se cae en cuenta que la mayoría de los listados formaron parte del movimiento estridentista. Por lo tanto, quizás la misma Mabelina lo sea.

Quizás Mabelina es el estridentismo en sí mismo, esa mujer seductora, que quiere con todos, pero que nadie quiere con ella. De esta forma Arqueles Vela entrega una corta novela que conmueve el sentimiento de desolación tras la pérdida del único amor que es necesitado: el que no se recibe.

Vela también trabaja con personajes aleatorios para dar más profundidad a la historia. Están los dos parroquianos que entran siempre al mismo tiempo hacia el mismo gabinete. También los meseros, que no saben si son o no los dueños del café. Está la calle, la referencia a la música, al vals. Esa forma romántica de referirse a Mabelina como: “Parece que presientes los huecos del vals, las evasivas del fox, las languidescencias de los blues (…) En el charleston juegas a la comba de la música”. (19)

La historia finaliza con una reivindicación, con una forma de liberación. Mabelina sale por la puerta principal del Café de nadie, con la esperanza de algo nuevo (¿Quizás la literatura renovada?): “Mabelina se queda un momento indecisa. Después, rectificándose, empuja la puerta del Café hacia el alba que va levantando el panorama de la ciudad”. (34)

Esta obra es una singular joya de las vanguardias en Latinoamérica. En ella, Arqueles Vela transmite todo el sentir de la modernidad, de esa rapidez con que comenzaban a caminar las cosas. Hay taxis, hay cafés, hay mujeres que tienen muchos hombres y aman al que no las quiere. En fin, este texto es una aventura para conocer una manifestación pura de la vanguardia literaria en América Latina.


Referencias bibliográficas

Diccionario de escritores en México. http://www.arts-history.mx/literat/li.htm

El estridentismo: http://espacioliterario.obolog.com/estridentismo-223471

Mojarro Romero, Jorge. "Arqueles Vela, el estridentismo y las estrategias de la vanguardia." Hipertexto 2009: 74 - 81.

Página de literatura guatemalteca: www.literaturaguatemalteca.org/avela.htm





[1] Mojarro Romero, Jorge. "Arqueles Vela, el estridentismo y las estrategias de la vanguardia." Hipertexto 2009: 74 - 81.
[2] Diccionario de escritores en México. http://www.arts-history.mx/literat/li.htm
[3] Diccionario de escritores en México. http://www.arts-history.mx/literat/li.htm
[4] El estridentismo: http://espacioliterario.obolog.com/estridentismo-223471
[5] Vela, Arqueles. “El café de nadie, La señorita etcétera, etcétera”. Guatemala: Tipografía Nacional, 2008.
[6] Esta lista se encuentra en el Diccionario de escritores en México. http://www.arts-history.mx/literat/li.htm
[7] Vela, Arqueles. “El café de nadie, La señorita etcétera, etcétera”. Guatemala: Tipografía Nacional, 2008. Todas las citas provenientes de esta edición se señalarán únicamente con el número de página entre paréntesis.
[8] Vela, Arqueles. “El café de nadie, La señorita etcétera, etcétera”. Guatemala: Tipografía Nacional, 2008. Contraportada.
[9] O al menos a mi parecer es la protagonista humana, junto con el café, que es el protagonista contextual.